Paridad en el Ejecutivo municipal

María Isabel Caero

Según el principio de equidad de Género de la Constitución Política del Estado y de paridad y alternancia de la Ley electoral, existe equivalencia en todos los órganos legislativos y no en los ejecutivos, especialmente en el Gobierno Autónomo Municipal del Cercado donde las secretarias y direcciones se encuentran plagadas de hombres.

El principio de equidad de Género y de paridad y alternancia no se aplica en los niveles de decisión de la estructura orgánica del Ejecutivo municipal, razón por la cual, los resultados no siempre benefician a las mujeres en los programas y proyectos del GAMC.

Mujeres y hombres, por la división sexual del trabajo, cumplen roles diferentes en la ciudad y en los últimos tiempos las mujeres mayoritariamente han ingresado al mercado de trabajo cumpliendo un rol productivo, lo que no la ha liberado de sus responsabilidades reproductivas, expresadas en el cumplimiento del trabajo doméstico y el trabajo de cuidado. Es común decir que el “tiempo importante” es donde se ubican los hombres, y el “tiempo no importante”, desde una visión patriarcal, desvaloriza los roles reproductivos que cumplen las mujeres. Ellas desarrollan sus actividades, principalmente las más repetitivas como las tareas del hogar, y también otras fundamentales como el cuidado de otros miembros de la familia como son los hombres, las y los niños y también los abuelos o las ‘personas con discapacidad de la familia y de la ciudad.  

La necesidad de la presencia de mujeres en los niveles de decisión del Gobierno Municipal está orientada a conseguir ciudades más diversas e inclusivas: las mujeres tienden a demostrar mayor compasión y empatía, y a tener un estilo de negociación y liderazgo más comprensivo y menos jerárquico que sus homólogos masculinos. Además, las mujeres sienten un mayor compromiso por promover soluciones a los problemas que enfrentan otras mujeres y niños. En este sentido, la presencia femenina en gobiernos locales favorece la incorporación de nuevos temas y actores que muchas veces no son priorizados en agendas locales. Históricamente las mujeres han estado ligadas a avances en campos tales como la educación y la salud a nivel local. Esto podría traducirse en mayores niveles de desarrollo humano y calidad de vida en nuestra ciudad. Para tener ciudades más humanas se requiere la presencia de las mujeres. 

Más mujeres en los niveles jerárquicos de la Estructura Orgánica Municipal ayudan a derribar barreras culturales y estructurales que existen alrededor de quién puede ser funcionario municipal y cuáles son las cualidades necesarias para cumplir su trabajo sin discriminación. Lograr que más mujeres se integren al gobierno municipal también en el nivel ejecutivo, requiere de iniciativas, que sean la base para empoderar y promover el liderazgo de las mujeres y cambiar la percepción—a veces negativa—de las mujeres como servidoras públicas. Tanto de día como de noche, necesitamos más mujeres que atiendan las necesidades de nuestras ciudades y sean embajadoras de nuestro derecho a la ciudad para conseguir mayor equidad y justicia social.

Se ha verificado la presencia mayoritaria de hombres en los diferentes niveles de decisión del GAMC, vale decir secretarías, direcciones y subalcaldías, lo que impide que en el proceso de planificación esté presente la mirada de la mujer y las necesidades y demandas de ellas. Es común presenciar actitudes patriarcales que obstaculizan la continuidad del ejercicio de la función pública por parte de mujeres.

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