Por Pedro Blanco Navajas
Jesús cenó el Jueves Santo con sus 12 discípulos, entre ellos Judas Tadeo y Judas Iscariote; éste último el más famoso en el mundo de la y traición. Comieron carne de cordero, frijoles, hierbas, pan, bebieron vino y agua, y otros platillos de Palestina.
Judas Iscariote no era un hombre asiduo de Jesús, de su familia ni de su mesa. Los demás discípulos llamaban a Jesús “señor”; Iscariote solo “rabbí” o simplemente maestro.
Ay, Señor. “Se dice que Judas era el tesorero del grupo, recibiendo las donaciones que las personas daban al grupo. En los Evangelios se habla de la adoración de Judas al dinero, provocando que en varias ocasiones robara al grupo, sirviendo esto como antecedente de su traición a Jesús por unas pocas monedas”.
Judas Tadeo era lo contrario de su colega Judas Iscariote, cuyo denominativo de «Iscariote» pueda ser una corrupción de la palabra latina sicarius (sicario), que significa «hombre de la daga» 3489 y se refería a un miembro de los Sicarii (סיקריים), un grupo de rebeldes judíos que eran conocidos por cometer actos de terrorismo en los años 40 y 50 d. C. asesinando personas entre las multitudes escondiendo dagas bajo sus capas”.
San Juan escribe en la biblia (Juan 6, 70-71): “Porque Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían y quién era el que le iba a entregar” (6, 64). Yo os aseguro que uno de vosotros me entregará” (Juan 13, 21), Y cuando el propio San Juan, a petición de Pedro, preguntó quién era éste, “le responde Jesús: Es aquel a quien dé el bocado que voy a mojar. Y, mojando el bocado, lo toma y se lo da a Judas, hijo de Simón Iscariote. Y entonces, tras el bocado, entró en él Satanás. Jesús le dice: Lo que vas a hacer, hazlo pronto.
“San Mateo añade que el propio Judas preguntó, “¿Soy yo, maestro?” y fue respondido “Tú lo has dicho” (26, 25). Los cuatro evangelistas concuerdan respecto a los hechos de la traición que siguieron tan de cerca a esta predicción, y cuentan cómo el traidor vino con una multitud o banda de soldados de los sumos sacerdotes, y los llevó al lugar donde sabía que encontraría a Jesús con sus fieles discípulos (Mateo, 26, 47; Marcos, 14, 43; Lucas, 22, 47; Juan, 18, 3).
Iscariote pago su traición por 30 monedas de plata con el suicidio.
Hoy puede compararse el acto de la traición con el llamado “cajero (ministro de Economía)” del gobierno de proceso de cambio; no fue militante de origen ni apegado al círculo político del líder del MAS-IPSP; aceptó el nombramiento de candidato y prometió seguir con el proceso de cambio, y juró lealtad al líder del cambio.
Si los Iscariote – sicairus escondían la daga bajo la capa, puede sospecharse que los cuchillos se esconden también bajo el poncho, hoy en día.