Por Juan Cutipa Domínguez
Ni Judas se atrevió a tanto. Ningún político en la historia de Bolivia sufrió lo que Evo enfrenta en estos días. Es inédita y cruel la traición del presidente y vicepresidente Luis Arce y David Choquehuanca.
Esa traición tiene una gigante carga de odio y venganza. El bombardeo de mentiras y maldad que soporta Evo debe ser estudiado e investigado por expertos en comunicación y derecho.
Desde hace años dicen de Evo muchas barbaridades de manera impune. Políticos y periodistas antievistas no solo emiten opiniones sino sentencias condenatorias sin ningún derecho al debido proceso. Muchos de ellos incitan al linchamiento físico.
Desde que emergió como líder nacional, Evo fue víctima de racismo, odio, discriminación, difamación, condenas sin procesos, expulsión del Parlamento, detenciones, torturas y acusaciones.
Todo ese bombardeo, generalmente, tuvo y tiene origen en la embajada norteamericana y sus empleados locales: políticos derechistas, neoliberales y vendepatrias; periodistas autodenominados “independientes”, cuando en realidad son mercenarios de la palabra.
Se nota demasiado el odio brutal que tienen el 99% de los medios de comunicación de Bolivia contra Evo. No es necesario ser experto en comunicación para darse cuenta. Las radios hacen 10 entrevistas en un programa y, muchas veces, esas 10 entrevistas son antievistas. Ni siquiera disimulan con una entrevista favorable a Evo para cumplir el Código de Ética sobre contraparte, equilibrio y no discriminación.
Hay canales de televisión en Bolivia que en sus informativos y programas especiales, difunden reportajes contra Evo que duran 30 minutos y, a veces, emiten una sola nota escuchando a Evo, a sus voceros y/o abogados. Pero solo duran segundos.
Lo terrible es que en los programas de análisis y debate de las radios y de la televisión, los “analistas” invitados son siempre los mismos, son antievistas rabiosos y muchos de ellos son empleados del Gobierno de Luis Arce, pero son presentados, descaradamente, como opinadores “independientes”.
Hubo casos en los que el mismo “analista independiente” hizo un tour mediático por 5 canales televisivos en una misma noche. Se percibe que son programados desde alguna instancia gubernamental a cambio de pauta publicitaria y con el guion escrito `por el equipo de comunicación del régimen y que se distribuye a dirigentes sociales afines al arcismo, a legisladores y comentaristas arcistas para que repitan como loros la “línea” de cada día.
Lamentablemente, el MAS-IPSP -leal a Evo y al Proceso de Cambio- no usa hasta ahora, los instrumentos legales que están vigentes en Bolivia para denunciar la violación asquerosa de la ética periodística en los medios privados y en los medios públicos.
Los legisladores evistas deben pedir a la Fiscalía de La Paz que investigue la cantidad de dinero público que utiliza el régimen de Arce y Choquehuanca en la partida de Publicidad; solicitar la lista de los medios de comunicación y periodistas con “programas independientes” que reciben dinero con el disfraz de publicidad.
Deben convocar a la ministra de la Presidencia, a la viceministra de Comunicación y a los ministros que otorgan publicidad a los medios para qué digan cuántos millones distribuyen a medios privados y públicos; exigir la presentación de los guiones que entregan a periodistas, analistas, legisladores, voceros y otros para que declaren en la prensa o comenten en los programas de radio y televisión.
Mediante ese mecanismo, se podrá establecer que el régimen arcista derrocha millones de dólares de los impuestos de la gente para comprar, controlar, manipular y dirigir medios de comunicación; para callar la corrupción, el nepotismo, el abuso de poder y la criminalización de Evo.
En paralelo a eso, los dirigentes del MAS y las organizaciones sociales leales al Proceso de Cambio, deben pedir al Tribunal Nacional de Ética Periodística de Bolivia -que está vigente y que rige el comportamiento de los medios y periodistas de todos los sectores- haga un monitoreo de la forma cómo tratan a Evo y a los evistas; pedir a las carreras de comunicación de universidades públicas y privadas que midan los tiempos, formatos, géneros periodísticos para analizar si hay contraparte, equilibrio, objetividad e independencia.
Los medios y periodistas que cada día violan los mandatos elementales del Código de Ética Periodística de Bolivia deben ser denunciados ante el Tribunal Nacional de Ética Periodística. Ese tribunal ya condenó a varios periodistas y comunicadores sociales famosos que no dieron el derecho a la réplica y contraparte o que con sus comentarios usurparon funciones de jueces y fiscales dictando sentencias condenatorias.
Otra opción que tiene el MAS-IPSP y las organizaciones sociales de Bolivia criminalizadas por el régimen autoritario y derechista de Arce-Choquehuanca, es acudir a la Relatoría de Libertad de Expresión de la ONU con el fin de solicitar el envío a nuestro país de observadores internacionales que hagan un monitoreo de los medios de comunicación en tiempos de crisis social y política.
Hay suficientes pruebas del linchamiento mediático a Evo, desde hace muchos años. Como casos recientes podemos señalar la forma de cobertura que hizo el 99% de la prensa privada y pública a la reciente Marcha para Salvar Bolivia y la catarata de denuncias judiciales lanzadas por el régimen arcista y sus aliados de la derecha boliviana.
Medios y periodistas se convirtieron en jueces y fiscales que dictan sentencias condenatorias sin ningún derecho a que el condenado pronuncie su versión y su defensa. No cumplen ni siquiera el mandato constitucional de presunción de inocencia hasta que se demuestre lo contrario y pisotean el derecho al debido proceso.
Evo es fusilado desde los medios privados permanentemente. Lo insultan, lo hacen insultar. Lo difaman y le hacen difamar. El colmo es que desde los medios públicos y desde las radios de pueblos originarios -fortalecidos por las gestiones gubernamentales de Evo- se lanzan misiles de mentira, odio y racismo.
Hay centenares de políticos y periodistas que traicionaron a Evo sin ponerse roja su cara. Evo les dio la oportunidad de ser algo. Evo les dio de comer. Evo los ayudó. Pero, hoy, esos que comieron de la mano de Evo son los más rabiosos traidores, odiadores y malvados. No se dan cuenta que pronto se acabará su poder no podrán caminar tranquilos por las calles.
Ni todos los gobiernos neoliberales ni el régimen criminal y corrupto de Añez y su banda de asaltantes, se atrevieron a tanto. Es imperdonable que el régimen de Arce y Choquehuanca haya traicionado a Evo y al verdadero Proceso de Cambio.
Es terrible que Arce, Choquehuanca y sus ministros, disparen misiles de mentiras y odio contra aquellos que hicieron campaña y votaron para que lleguen al Poder. Arce es igual al fascista argentino Milei. Criminaliza, persigue y encarcela a sus electores y compañeros de partido.
Pese a ser fusilado política, jurídica y mediáticamente por el gobierno traidor de Arce y Choquehuanca, Evo sigue de pie junto al pueblo organizado defendiendo a la Patria ante el imperialismo norteamericano y luchando para que no falte la comida y el trabajo para los más necesitados.