Por Dolores Arce
En breve, una de las grandes potencias del mundo celebrará elecciones. Los Estados Unidos de América, con una población de unos 335 millones de habitantes, más de 180 millones de electores, practican una democracia “sui generis” donde no define el voto popular sino un extraño sistema denominado Colegio electoral compuesto por 538 miembros provenientes de los 50 Estados, precisando el candidato un mínimo de 270 votos. En fin, en un país donde manda el capital y los magnates, no sorprende su percepción de la democracia.
Más allá de estas consideraciones, el sistema bipartidista refleja en los últimos 170 años, un pasanaku entre “demócratas” y “republicanos”, sin grandes diferencias en el modo de gobernar y sobre todo, dominar, saquear e invadir a otras naciones.
De hecho, la constitución misma de lo que hoy conocemos como “Estados Unidos de América” se hizo sobre la sangre y cenizas de los pueblos nativos, que dieron dura batalla, pero fueron diezmados al punto del exterminio por estos colonos venidos de ultramar.
Luego fue el turno de los esclavos traídos de Africa y sus descendientes, los afroamericanos, que hasta hace pocos años atrás sufrieron vejámenes indescriptibles a manos de los dizquecivilizados y cristianos blancos, racistas hasta el tuétano, organizados en bandas criminales como los tristemente célebres Ku Klux Klan (KKK) quienes tienen seguidores contemporáneos, entre ellos Donald Trump.
EEUU se independizó en 1776 con 13 estrellas, hoy cuenta con 50 estrellas. En su afán de conquista e invasión, en una guerra de intervención contra México (1846-1848), los Estados Unidos sumaron 7 estrellas a su bandera: California, Nevada, Utah, Nuevo México, Texas, Colorado, Arizon. Elegantemente este robo es denominado “cesión de territorios”.
Frecuentemente en los discursos del candidato republicano Donald Trump se evidencia el odio contra los “inmigrantes”, más que todo latinos, quienes son criminalizados como delincuentes y ladrones. Revisando la historia, ¿quiénes son los verdaderos delincuentes y ladrones?
La otra candidata, la demócrata Kamala Harris, ciertamente es más potable por sus raíces latinas y asiáticas, pero no es evidente, que pueda escapar de la maldición expresada hace 200 años por el Libertador Bolívar: “Los Estados Unidos parecen estar destinados por la Providencia a causar miseria en América en nombre de la libertad”.
Los crímenes de lesa humanidad – con millones de víctimas mortales – cometidos por atrocidades como el lanzamiento de bombas atómicas, las guerras en Vietnam y Corea con utilización de agentes químicos, herbicidas como el polémico agente naranja hoy vetado en todo el mundo, y bombas de napalm siguen en total impunidad, al igual que las posteriores invasiones y saqueos por favorecer el apetito insaciable de recursos naturales y riquezas del planeta Tierra. En nuestro continente, nunca sanarán las heridas por las secuelas del Plan Condor y el adiestramiento, financiamiento y apoyo a gobiernos dictatoriales que dejaron decenas de miles de torturados, desaparecidos y asesinados.
Bolivia no fue la excepción. Para remontarnos a lo que va del siglo, recordemos al embajador norteamericano Manuel Rocha, entre los años 2000 y 2003, quien, en una abierta intromisión, tildó al entonces candidato Evo Morales de Bin Laden Andino y narcoterrorista. Años más tarde, ya con Evo Morales presidente, el entonces embajador Philip Goldberg, con una amplia experiencia en fomentar guerras de secesión en la antigua Yugoslavia, estuvo involucrado con la intentona separatista de la Media Luna. Fue expulsado el 12 de septiembre del 2008, por decisión de un gobierno soberano y digno. Desde entonces, no hay embajador sino encargado(a) de negocios de los EEUU.
Quien asumió el puesto de encargada de negocios de la embajada de los EEUU en septiembre 2023, es Debra Hevia, diplomática y con experiencia en el Centro de Operaciones del Departamento de Estado (DOS), que es un grupo de trabajo dedicado a las tareas de Inteligencia y de operaciones especiales del Departamento de Estado, desde donde Philip Goldberg siguió operando tras su expulsión de Bolivia. De hecho, Hevia ya fue una estrecha colaboradora de Goldberg en Kosovo (Yugoslavia) y como sabemos, éste tuvo un decisivo papel en la desintegración de dicho país.
Es un secreto a voces, el soporte ideológico y financiero a título de cooperación con personeros de la oposición y ONG’s disfrazadas de “activistas”. Así que más que trayectoria, estos personajes bajo el manto de la diplomacia, tienen un amplio prontuario de conspiración. Todos los organismos ligados al país del Norte, CIA, DEA, FMI y demás, tienen el mismo tufillo a azufre y muerte. El imperio tiene puesto los ojos en los líderes que se le plantan y no duda en planificar su muerte, como se puede comprobar en el mundo entero, incluido Bolivia con los atentados a Evo.
Hace poco, se realizó la Asamblea General de la ONU, donde una vez más (por 34 años consecutivos) se aprobó la resolución contra el embargo de los EEUU a Cuba, ¡bloqueo criminal que lleva más de 6 décadas! La resolución – no vinculante – recibió 187 votos a favor y dos en contra: Estados Unidos e Israel, “casualmente” dos estados genocidas.
Por lo tanto, a no ser que el pueblo norteamericano despierte y permita un cambio real en la política interior y exterior de su país, sus elecciones presidenciales no cambiarán nada o muy poco en el Sur Global.