Cómo convertir un autogolpe en golpe

Por Rigucho Cortéz

El gobierno, a través de Luis Arce Catacora, el vicepresidente David Choquehuanca y principalmente los ministros Eduardo del Castillo, Marianela Prada y Edmundo Novillo ya no saben qué inventarse para que la ciudadanía, aunque sea un poquito, crea que el autogolpe del pasado 26 de junio fue realmente un golpe de estado.

Es difícil que eso pueda ocurrir. Todo se hizo tan mal, desde el principio, que la gente, a la que el gobierno cree tonta, pueda considerar que un show de esa naturaleza tenía el propósito de acabar con la democracia y el gobierno de Luis Arce.

Quizá uno de los principales responsables de la incredulidad ciudadana sea el ministro Del Castillo que todo hecho “el machito”, usaremos ese término para mejor comprensión, se apareció en la plaza principal donde estaban las tanquetas a las 14.00 horas y golpeó una de ellas, para que el Cnl. Juan José Zuñiga salga.

Si es para no creer, pero todos lo vimos en la televisión. ¿Cuándo pues en un golpe de estado ocurre semejante payasada? Al margen de que la supuesta asonada golpista se hizo nada menos que a las 14.00 horas, con tanta gente transitando las calles y que un poco más convocan a la prensa para que filmen todo y muestren las caras de los golpistas.

Los primeros perseguidos y apresados en un golpe de estado son los dirigentes sindicales y políticos, por supuesto el presidente y vicepresidente, a quienes quieren derrocar; a los ministros, los operadores del gobierno; a los parlamentarios (asambleístas). A la prensa no les permiten ni acercarse. Pero nada de eso ocurrió, todos ellos estaban caminando por la plaza, mirando todo.

Si revisamos con detenimiento las filmaciones y declaraciones de los protagonistas de este burdo show, mal interpretado por novatos actores, vamos a ver que, Del Castillo, cuando el presidente hablaba con Zuñiga en el hall del Palacio Quemado, unos metros más atrás, se reía cuando conversaba con un otro militar.

También se aprecia que un supuesto militar, vestido de civil, y que tenía puesto un barbijo, se acerca a la puerta principal del Palacio y les habla a los soldados, aparentemente para que cierren las puertas, luego hace señas a una tanqueta para que las golpee, es decir, esa filmación muestra que todo estaba preparado.

En fin, podemos hacer un libro con tantos datos que se viralizaron en las redes sociales para mostrar el burdo show de los militares y el gobierno con la intención de hacernos creer que realmente se trataba de un golpe de estado y no de un autogolpe.

Después vino la detención de Zuñiga en el Estado Mayor donde reveló, en una rápida declaración a la prensa, que la orden para sacar las tanquetas provenía del mismo presidente del estado, Luis Arce Catacora.

El ahora excomandante del Ejército, detenido en el Abra, en su primera declaración en la plaza principal, dijo que ingresaría al Palacio de Gobierno para pedir al presidente Arce el cambio de su gabinete, porque los ministros no lo apoyaban, pero que ellos defenderán la democracia, aunque no lo dijo, se entendía, a la cabeza de Arce Catacora.

¿Quién puede creer entonces, al margen de otros detalles, que Zuñiga, amigo íntimo de Arce Catacora, que ascendió al cargo siendo el número 48 de su promoción, es decir de regular para abajo, quiso dar un golpe de estado y hacerse cargo del poder? Seguro muy pocos, diría solo los “arcistas”.

Ese es el drama del gobierno ahora, ¿qué hacer para que les crean? El viernes 26 de julio, en un acto en el Palacio, recordaron un mes del show, era mejor quedarse callados y no decir nada, para qué insistir, porque en “boca cerrada no entran moscas”.

El ministro de gobierno ha ido informando, en sus medios aliados, a los que pone publicidad, una serie de datos, sobre la investigación del “golpe”, principalmente dizque, de las declaraciones informativas de los ministros, del vicepresidente y del presidente al Ministerio Público.

El ministro Del Castillo ya no sabe que más inventarse, qué más decir, para que el autogolpe parezca un golpe, para que la opinión pública le crea, al final, le deben echar la culpa a él por hacerse el “machito” y salir a la plaza a increpar a los que ahora dice, eran golpistas.

Todo parece, como ya lo dijeron varios analistas, que el autogolpe fue organizado con el objetivo gubernamental de apropiarse de la sigla del MAS-IPSP e inhabilitar al líder cocalero, Evo Morales, para las próximas elecciones nacionales de agosto de 2025. Esa versión parece ser la más cercana a la realidad.

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