Putin visita Mongolia, desafiando una orden internacional de detención 

Ulán Bator, Mongolia | Agencias

El presidente ruso, Vladímir Putin, llegó este martes a Mongolia sin que hubiera indicios de que el país anfitrión fuera a ceder a los llamados a detenerlo en virtud de una orden de arresto internacional por presuntos crímenes de guerra derivados de la invasión de Ucrania.

Se trata del primer viaje de Putin a un país miembro de la Corte Penal Internacional desde que ésta emitió la orden de detención en su contra hace unos 18 meses. Antes de su visita, Ucrania pidió a Mongolia que entregara a Putin al tribunal de La Haya, y la Unión Europea expresó su preocupación por la posibilidad de que Mongolia no ejecutara la orden. Un portavoz de Putin dijo la semana pasada que el Kremlin no estaba preocupado.

La orden pone al gobierno de Mongolia en una situación difícil. Tras décadas de comunismo y estrechos lazos con la Unión Soviética, en la década de 1990 hizo la transición a la democracia y ha establecido relaciones con Estados Unidos, Japón y otros nuevos socios. Pero sigue dependiendo económicamente de sus dos vecinos, Rusia y China, mucho más grandes y poderosos. Rusia suministra a Mongolia, país sin salida al mar, la mayor parte de su combustible y una cantidad considerable de su electricidad.

El líder ruso fue recibido en una ceremonia en la plaza principal de la capital, Ulán Bator, por una guardia de honor ataviada con brillantes uniformes rojos y azules al estilo de los de la guardia personal del gobernante del siglo XIII Gengis Kan, fundador del Imperio Mongol, informó la agencia The Associated Press.

Los dos gobiernos firmaron acuerdos para un estudio de viabilidad y el diseño de una mejora de una central eléctrica en Ulán Bator y para garantizar el suministro continuo de combustible de aviación a Mongolia. Putin también esbozó planes para desarrollar el sistema ferroviario entre ambos países.

Putin invitó al presidente mongol a asistir a una cumbre de las naciones BRICS -grupo que incluye a Rusia y China, entre otras- en la ciudad rusa de Kazán a finales de octubre. Khurelsukh aceptó, según la agencia de noticias estatal rusa RIA Novosti.

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