Redacción central
A pesar de que la Amazonía arde en una crisis sin precedentes en la historia, los incendios devastan la región, en Bolivia destruyó más de 5 millones de hectáreas, el gobierno pidió en la Organización de las Naciones Unidas (ONU), un modelo de desarrollo basado en el respeto a la madre tierra.
La solicitud realizada por la canciller Celinda fue criticada por varias organizaciones defensoras del medio ambiente, debido a que el gobierno no declara emergencia y en vez de demandar ayuda se aboca a plantear una propuesta tardía, frente a los incendios que se registran en el país.
La canciller planteó una política basada en la justicia climática, que los países desarrollados asuman su responsabilidad frente al cambio climático dotando el financiamiento comprometido a los países “del sur global”.
Mientras tanto, los incendios devastan la región, se sufre la peor sequía registrada en 121 años, según alertaron los representantes de pueblos indígenas de Suramérica que exigieron en Nueva York, tomar acciones a la comunidad internacional.
«Nuestros bosques se están quemando, nuestros ríos se están secando, nuestras comunidades están sufriendo. El mundo debe actuar ahora para proteger la Amazonía y a todos los ecosistemas vitales de América del Sur, no solo por nosotros, sino por el futuro de todo el planeta», lamentó el líder indígena brasileño, Raoni Metuktire.
Representantes de pueblos indígenas de Perú, Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Surinam, Venezuela y Paraguay, junto a una coalición de organizaciones socioambientales, pidieron a la comunidad internacional atender esta emergencia y que apoyen a sus comunidades frente a las múltiples amenazas que sufren, dice una publicación de la agencia EFE.
También se presentó el reporte «Amazonía al borde del colapso», elaborado por la Coordinadora de Pueblos Indígenas de la Amazonía Brasileña (Coiab), que describe al 2024 como el año que ha superado todos los récords históricos de sequía, temperatura y niveles de ríos, convirtiéndose en el escenario más crítico registrado en la región.
Datos del Sistema de Información de Incendios para la Gestión de Recursos de la NASA revelan que hasta el 17 de septiembre se han registrado más de 2,4 millones de focos de calor en 13 países. «Están quemando la vida. Esta conciencia tiene que llegar a todo ser viviente», afirmó Patricia Gualinga, defensora de derechos de la comunidad kichwa de Sarayaku, en Ecuador.
En los últimos cinco años, según el Observatorio Regional Amazónico, se han quemado 447.517 hectáreas de la Amazonía. Los países más afectados son Brasil con 112.319 hectáreas y Bolivia con 52.259.
Precisamente, en Bolivia, entre el 1 de enero y el 17 de septiembre de 2024, se registraron 657.222 focos de calor, un crecimiento de más del 600% en comparación con el mismo periodo en 2023.