(El Nuevo Cambio, Cochabamba 3 de marzo de 2024).- Desde que Evo Morales regresó a Bolivia se convirtió en una seria amenaza política no solo para las fuerzas conservadoras, sino también para los “renovacionistas” al interior del MAS-IPSP. A partir de ese momento, el objetivo de todas estas fuerzas fue ejercer violencia política, institucional contra el líder cocalero.
El pasado primero de abril, la Agencia de Noticias Fides tituló: “Vocero no cree en la palabra de Evo y dice que reto a primarias busca que TCP lo habilite”, siguiendo la línea del noticiero “Detrás de la Verdad” que publicó que Richter afirmó: “Evo no controla su ansiedad política y quiere obligar a Arce ir a primarias”.
El mismo portal informativo dio a conocer que Felipa Montenegro, ejecutiva de la facción arcecista de las “Bartolinas” dijo: “Evo está perdiendo conocimiento, lo están trastornando». Por su parte, Erbol informa que Félix Patzi dijo: “Patzi advierte que Evo Morales es una amenaza para la democracia y su propio partido”.
Estas reacciones se dieron luego de que el domingo 31 de marzo, en su programa radial en Radio Kawsachun Coca, Evo Morales afirmara que para preservar la unidad del MAS-IPSP y dirimir la pelea interna que actualmente se vive al interior del partido más grande de la historia política de Bolivia, tanto Luis Arce como él participen de unas elecciones primarias cerradas, cumpliendo así la normativa actual, pero además con el compromiso de que el perdedor hará campaña por el ganador, cumpliendo el rol orgánico que exige ser parte del Movimiento al Socialismo.
La violencia política se define “como una serie de agresiones físicas o psicológicas” contra una persona que expresa libremente sus ideas.
Las distintas reacciones hacía Morales se suscriben bajo esta tipificación, el expresidente es blanco constante de una serie de ataques contra su persona, que además son instrumentalizadas por los medios de comunicación que transmiten esta narrativa violenta, amplificando su impacto negativo y reproduciendo la agresión, insulto o ataque sin mediar censura previa debido a la falta de protocolos periodísticos, ya que apuestan por fomentar la confrontación política antes que la información y el análisis.
En lo que se refiere al contexto de la violencia institucional, La Razón en su edición del 31 de marzo publicó: “El ministro de Obras Públicas, Édgar Montaño, afirmó que el expresidente Evo Morales está “inhabilitado” para postularse en las elecciones generales de 2025 y que, por tal motivo, no puede ir a las primarias con el presidente Luis Arce”. Montaño se refiere a la sentencia 1010 que emitiera el Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) en diciembre del 2023, la misma que ha sido cuestionada por expertos jurídicos, pero que además ha sido emitida por un grupo de magistrados auto prorrogados inconstitucionalmente y que están siendo presionados por las fuerzas políticas (excepto las gubernamentales) para que renuncien a sus cargos y así el país recupera la institucionalidad de Estado.
“Lima desahucia la propuesta de Morales de primarias con Arce: Está inhabilitado”, así tituló La Razón en la edición del primero de abril, declaraciones que, junto con la del ministro Montaño, hacen ver que el Gobierno de Luis Arce no participará de primaria alguna y que utilizarán la ilegal sentencia del TCP para eludir lo estatutario.
Aún así, la sentencia de los magistrados ilegales no inhabilita a Morales, según explicaron en reiteradas oportunidades, no sólo juristas nacionales, sino también internacionales. Como se ve, la violencia institucional contra Morales se ejerce a partir de que el Gobierno apela a una sentencia cuestionada en todos los niveles políticos del país.
En el programa de “Streaming” de La Razón, “Papel, piedra y tijera”, transmitido por YouTube, el pasado 2 de abril, el analista político Armando Ortuño declaró que: “La gente está viendo esto, que el Gobierno (Arcecista) manipula al Poder Judicial para tumbarlo a su ex líder y la gente tiene su opinión y luego esa gente vota”.
Por su parte, el analista Pablo Stefanoni en un artículo publicado en la Revista Nueva Sociedad señaló: “La pregunta es si un sector más amplio del MAS, hoy evista, se mostrará más dispuesto a negociar con el arcismo si la inhabilitación de Morales se consolida”.