Por Dolores Arce
Ya pasaron 248 años, desde que el año 1776, en Filadelfia, los delegados de las 13 colonias británicas reunidos en el Congreso Continental aprobaran la Declaración de la Independencia, hecho que dará origen a lo que hoy conocemos como “Estados Unidos”.
Pues como pocos países, Estados Unidos se fundó sobre la base del exterminio de la población nativa del continente norteamericano. Se estima en un mínimo de 12 millones las más de 500 naciones originarias en el territorio que hoy abarca los Estados Unidos. Población diezmada a punta de rifle, cañón, enfermedades como la viruela, introducidas como método precursor de la guerra bacteriológica que sería más tarde una de las especialidades de los yanquis como arma de guerra contra los pueblos.
Poco después, empezó la conquista por sumar estrellitas a su bandera. Recordemos que empezó con 13 estrellas, en alusión a las 13 colonias británicas iniciales. Hoy la bandera está compuesta por 50 estrellas, que por la cantidad de muertos que implicó, bien podrían ser 50 calaveras. Guerras, invasiones militares, apoyo a dictadores en nombre de la “Libertad y Democracia”.
Pues en especial los siglos XIX y XX fueron marcados por numerosas guerras, invasiones e intervenciones militares, envío de tropas, apoyo a dictadores siempre cuando favorezcan “los intereses de la nación norteamericana alrededor del mundo”.
Fue desde un avión norteamericano que el 6 de agosto de 1945 arrojaron las primeras dos bombas atómicas, borrando del mapa en segundos a 200.000 personas, con secuelas en las futuras generaciones que persisten hasta hoy. Solo una mente criminal puede ordenar y ejecutar semejantes actos de barbarie, que lamentablemente quedaron en total impunidad.
Hay guerras como la de Vietnam (1955-1975) que dejaron más de 2,5 millones de muertos, en su mayoría civiles. Con la selva y las aldeas arrasadas por el uso criminal del Napalm, atrocidades que son una constante a lo largo de sus otras intervenciones militares.
En muchas de las guerras, los Estados Unidos se presentaron como supuestos defensores de los derechos humanos con una y mil artimañas como la falsa acusación de armas de destrucción masiva en Irak. Pero el sello común será la muerte, destrucción, crímenes de lesa humanidad y finalizada la guerra, por supuesto el saqueo de los tan apetecidos recursos naturales como el petróleo, además la muy rentable reconstrucción del país previamente dejado en ruinas.
Cuando las invasiones no le han dado resultado, ha recurrido a otros métodos igual de soberbios y dañinos, como el criminal bloqueo económico a Cuba que ya dura más de 6 décadas. O la burda manipulación de los organismos internacionales que todos ellos obedecen a este monstruo llamado Estados Unidos que cuenta con derecho a veto y poder de decisión.
Resumiendo: EN LO POLITICO, los Estados Unidos representan una farsa del discurso de Libertad y Democracia, por cuanto fronteras adentro tienen un pasado y presente marcado por la discriminación, racismo, exclusión y opresión. Curioso ejemplo, la persecución de Julián Assange: no hay la tal “libertad de expresión” cuando los intereses del imperio están en juego.
EN LO ECONOMICO, el país representante del capitalismo y neoliberalismo nunca ha |dudado en aplicar políticas de proteccionismo dentro su territorio, imponiendo políticas económicas que someten a los pueblos a favor de los intereses de los grandes capitales y transnacionales.
EN LO MORAL, ni qué decir. El país más consumidor de drogas habla de lucha contra el narcotráfico, un país donde la venta de drogas y armas mueven millones de dólares.
Al respecto, llama mucho la atención la cantidad de asesinatos anuales en tiroteos masivos en escuelas, supermercados, discotecas donde se suma una larga lista de víctimas, a título de la sacrosanta libertad de adquirir armas letales. Se estima en promedio casi un tiroteo masivo por día, y unas 1500 víctimas fatales por año.
Menos mal que también existen pueblos y personas valerosas que desde siempre lucharon por sus derechos:
En primer lugar, los valerosos pueblos originarios que se enfrentaron en numerosas batallas con los invasores. Luego los descendientes de esclavos africanos traficados para ser explotados en las plantaciones de algodón.
Personas con mucha dignidad como Malcolm X, que junto a muchos otros afroamericanos tenía claro al enemigo en un país profundamente racista y excluyente.
Y en la actualidad, mentes brillantes como Noam Chomsky, que denuncian al sistema capitalista desde las entrañas mismas del monstruo. A ellos nuestro homenaje.