Ciudad de México | Agencias
Los colegios electorales abrieron para acoger a las elecciones mexicanas de este domingo que resultarán, lo más probable, en que una mujer gane por primera vez la presidencia. Las principales aspirantes son la oficialista Claudia Sheinbaum y la opositora Xóchitl Gálvez, un hecho histórico en un país que padece una ola de violencia machista.
Unos 100 millones de mexicanos, de una población de 129 millones, están habilitados para votar en esta elección a una sola vuelta que se gana por mayoría simple. Poco más de 20.000 cargos, incluidos el Congreso y nueve de 32 gobernaciones, están en disputa en estos comicios enlutados por el asesinato de más de 20 aspirantes a puestos locales, según el gobierno. Oenegés reportan una treintena de víctimas.
Sheinbaum, a quien su entorno define como una mujer de temple y disciplina, basó su campaña en la promesa de preservar el legado de Andrés Manuel López Obrador, primer presidente de izquierda de México cuya aprobación ronda 66%. En México no hay reelección. Durante sus seis años de gobierno, 8,9 millones de personas salieron de la pobreza, situación en que todavía vive más de un tercio de la población, según cifras oficiales.
«Vamos a hacer historia», afirmó Sheinbaum, del partido Morena, al cerrar su campaña. «¡No llego sola, llegamos todas!». «Es tiempo de mujeres y de transformación (…) Eso significa vivir sin miedo, libres de violencia», añadió.
Mientras Gálvez, nacida en un hogar humilde y que llegó a convertirse en una exitosa empresaria del sector tecnológico, centró su campaña en la recuperación de la seguridad, talón de Aquiles de AMLO (iniciales del presidente), al que acusa de tolerancia con los cárteles.
«Vamos a traer vida donde hoy se pasea la muerte (…), vamos a traer libertad donde hoy un gobierno autoritario quiere imponer sus decisiones», prometió Gálvez, quien es respaldada por una coalición de los partidos tradicionales PAN, PRD y PRI (que gobernó durante siete décadas hasta 2000).
México está atrapado en una espiral de violencia desde que en 2006 se lanzó una ofensiva militar contra los cárteles, que obtienen millonarios ingresos por el tráfico de drogas sintéticas al vecino Estados Unidos, donde se abastecen de armas. Desde entonces el país acumula más de 450.000 homicidios y más de 100.000 desaparecidos, según datos oficiales.
La expansión del crimen organizado, que se nutre de otros delitos como la extorsión, «es el problema más intimidante que Sheinbaum tendrá que enfrentar» si resulta elegida, opina Michael Shifter, investigador del centro de análisis Diálogo Interamericano.
Expectativa femenina
La posibilidad de una mujer presidenta ha generado muchas expectativas en el electorado femenino. Uno que confía en que cambiarán las condiciones de género en el país.
“Yo digo que ya es justo y ya es tiempo de que se le tome en cuenta a la mujer, las mujeres somos el 51 % que vota”, señala Hilda Paulín Saules, habitante de Ciudad de México.
En tanto, Catalina Fierro, también capitalina, afirmó que es importante que llegue una mujer a la presidencia porque ha habido un “desequilibrio total” en el poder.
La seguidora de Gálvez considera que, si ella gana las elecciones, “representaría a la mayoría de las mujeres”.
“Ahora sí que, lo que es la Ciudad de México o el país, casi hay más mujeres que hombres y, aparte, porque ella nos viene apoyando en varias situaciones que tenemos nosotras, como mujeres”, opina.
Esther Núñez Acosta indica que será algo “sorprendente” una mujer como presidenta, pues México sigue siendo un país muy “machista”.
“Sería un parteaguas importante para generar y cerrar esa pinza”, piensa. “Aún sigue siendo muy esclavizado el tema de género, más hacia la mujer”, lamenta.