Washington | Agencias
Antes de dejar la Casa Blanca, el mandatario estadounidense Joe Biden, que no tuvo a Cuba en su agenda de prioridades durante el mandato, se aseguró de firmar una ley bautizada como “En Estados Unidos no se reconocen marcas robadas”.
La norma, calificada por funcionarios de La Habana como “agresiva”, desconoce y prohíbe el uso de marcas comerciales confiscadas a miles de ciudadanos cubanos por Fidel Castro a inicios de los años sesenta y despeja el camino a compañías como Bacardí -actual dueña del ron Havana Club, que se distribuye en Estados Unidos- en la batalla legal que desde hace décadas libra contra Cuba por la reconocida marca, informó el diario español El País.
Dos dueños y una misma marca están involucrados en el litigio comercial y político que sigue situando al ron cubano, y a Cuba misma, en el mapa de Guerra Fría. En X, una página con las más folclóricas fotos de mulatos cubanos anuncia que se trata de la “cuenta oficial” del Ron Havana Club. En esa red social convive además otra cuenta del mismo ron, con diferente botella y etiquetado, pero que asegura ser el “real” Havana Club. El primero es un ron nacional, el segundo es un ron exiliado. El primero hecho en Cuba, el segundo, en Puerto Rico. El primero, representado por la estatal Cubaexport. El segundo, por Bacardí.
Cuál de los dos es más cubano, cuál el original o cuál debe comercializarse internacionalmente son algunas de las preguntas que rodean la querella. Ahora la Administración de Biden cierra las puertas al Gobierno de La Habana para disponer con ciertas marcas en territorio estadounidense. La Ley H.R. 1505, aprobada ampliamente en el Congreso, deja claro que prohíbe el “reconocimiento por los tribunales de Estados Unidos de ciertos derechos relativos a determinadas marcas o nombres comerciales”, a menos que el propietario original haya otorgado su consentimiento.