Israel enfrenta ola de indignación tras nuevo ataque contra cascos azules en Líbano

Bruselas, Madrid y París | Agencias

Israel enfrenta este sábado una ola de indignación internacional por haber atacado por segundo día consecutivo a los cascos azules de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en Líbano, que reclama un cese el fuego “inmediato” en la guerra entre el Estado hebreo y Hezbolá.

El ejército israelí, que afirma haber disparado contra una “amenaza” cercana a la posición de las fuerzas de la ONU, aseguró que está llevando a cabo una investigación “en profundidad” para establecer los detalles de lo ocurrido.

La fuerza multinacional desplegada entre Líbano e Israel afirmó que su cuartel general sufrió el viernes “explosiones por segunda vez en 48 horas” y que dos cascos azules srilankeses resultaron heridos, después de que dos efectivos indonesios resultaran heridos la víspera.

El ataque contra efectivos de la ONU generó fuertes reacciones a nivel internacional. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, pidió a Israel, su aliado, que deje de disparar a la Fuerza Interina de las Naciones Unidas para el Líbano (Finul).

Reunido con sus pares europeos de la cuenca del Mediterráneo en una cumbre en Chipre, el jefe de gobierno español, Pedro Sánchez, instó el viernes a la comunidad internacional a dejar de entregar armas a Israel y exigió “el cese de todo tipo de violencia” contra la Finul.

Su homóloga italiana, Giorgia Meloni, consideró estos ataques “inaceptables”, al igual que el presidente francés, Emmanuel Macron, quien agregó que Francia “no tolerará” nuevos incidentes de este tipo.

Human Rights Watch

La ONG Human Rights Watch (HRW) reclamó investigar a Israel por posibles crímenes de lesa humanidad por los recientes ataques contra las fuerzas de paz de Naciones Unidas en Líbano, que suponen una «violación de las leyes de la guerra e interfiere peligrosamente en la protección de los civiles».

«Las fuerzas de paz de la ONU en el sur de Líbano han desempeñado durante mucho tiempo un papel fundamental en la protección de civiles y en labores humanitarias», ha destacado la directora de HRW en Oriente Próximo, Lama Fakih.

Según las leyes de la guerra, recuerda HRW, el personal de Naciones Unidas que trabaja en misiones de este tipo son civiles y por tanto los ataques deliberados contra ellos y sus instalaciones equivalen a crímenes de guerra.

Desde que se recrudecieron los enfrentamientos en la frontera libanesa en respuesta a la ofensiva israelí sobre la Franja de Gaza, Israel ha matado al menos a 2.140 personas, entre ellas 127 niños, según el Ministerio de Salud de Líbano, mientras que una quincena de civiles ha muerto por las acciones de Hezbolá.

«Con más de 2.000 muertos y más de un millón de desplazados en el Líbano desde mediados de septiembre, es crucial que se permita a la Finul cumplir con sus funciones humanitarias y de protección de los civiles», ha remarcado Fakih.

En ese sentido, HRW ha reclamado a los aliados de Israel, especialmente a Estados Unidos, que suspenda las entregas de armamento y ayuda militar a Israel a fin de evitar que continúen los «graves abusos» y las «atrocidades».

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