Redacción central
La Paz, 3 de julio (El Nuevo Cambio).- “Parecía un circo, los generales llegan, el ministro sale todo envalentonado y golpea la ventana, en otras circunstancias seguramente, si hubiesen querido hacer algo en contra de ellos, ya hubieran desaparecido, quién pues va a golpear los vidrios frente a personal armado, se gana un culatazo de inmediato”.
De esa manera, el general del servicio pasivo, Tomás Peña Lillo, en dos entrevistas realizadas en Erbol y con el periodista Jhon Arandia, explicó el fracaso de golpe o autogolpe que se registró el pasado 26 de junio en la Plaza Murillo.
“He visto por televisión y lógicamente, nos hemos reído ya que parecía un circo. Lamentablemente es una tragicomedia porque los resultados han sido en contra de las Fuerzas Armadas. Aquí hay un autor intelectual y material”, dijo Peña y Lillo.
Expresó también sus dudas de “quién puede ir a tratar de ingresar al Palacio, cuando todos saben que los ministros y el presidente ya se encuentran en la Casa del Pueblo, realmente todo parecía un show, lamentablemente fue una tragicomedia, porque los resultados fueron en contra de las Fuerzas Armadas”.
También habló sobre su reunión con el general Juan José Zuñiga antes de que se trasladará las tanquetas a la plaza principal y señaló que “se hablaba mucho de que el presidente Arce quería entregar el gobierno a Zúñiga”.
Según Peña y Lillo, el general Zúñiga le llamó la mañana del miércoles 26 de junio para sostener una reunión en dependencias del Estado Mayor de Miraflores. En este encuentro el excomandante del Ejército le pidió apoyo y le dijo “hemos decidido ir a la plaza Murillo para defender a las Fuerzas Armadas y la democracia”.
“Me da la impresión que él (Zúñiga) quería defender su posición de comandante y pedirle al presidente (Luis Arce) que no lo releve. En ningún momento se nos pasó por la mente que podría ser un golpe de Estado y no creo hasta ahora que pueda ser un golpe”, explicó.
“Todos saben que era conocida la amistad entre Arce y Zúñiga, además de que el Gobierno encaraba problemas con la falta de combustible y de dólares, además del alza de precios de la canasta familiar”, agregó.
Peña y Lillo sostuvo que antes de la asonada, ya expresó sus dudas de que se trate de un “golpe de Estado”, tomando en cuenta la hora de la movilización militar y la cantidad de batallones involucrados.
De acuerdo a la acusación del gobierno el general Peña y Lillo habría participado en la planeación de la asonada militar y hasta figuraba en el presunto gabinete del general Zúñiga como ministro de Defensa.
El militar en servicio pasivo se declaró en la clandestinidad, porque duda que sus derechos constitucionales sean respetados y porque no admitirá que sus más de 40 años de servicio a la patria, desde las Fuerzas Armadas, sean pisoteados.