París | Agencias
Las urnas en toda la Francia continental abrieron este domingo en la primera ronda de unas elecciones parlamentarias excepcionales que podrían dejar el gobierno francés en manos de fuerzas nacionalistas y de ultraderecha por primera vez desde la era nazi.
Muchos votantes franceses están frustrados por la inflación y las preocupaciones económicas, así como por el liderazgo del presidente, Emmanuel Macron, al que consideran arrogante y desconectado de su realidad cotidiana.
La Agrupación Nacional, la plataforma antiinmigrantes de Marine Le Pen, ha canalizado ese descontento, en especial a través de plataformas como TikTok, y domina todos los sondeos de opinión antes de los comicios.
Una nueva coalición de izquierdas, el Nuevo Frente Popular, también plantea un desafío a Macron, un líder afín al sector empresarial, y su alianza centrista Juntos por la República.
Hay 49,5 millones de votantes registrados que elegirán a 577 miembros de la Asamblea Nacional, la cámara baja del parlamento francés, en dos rondas.
La participación al mediodía era del 25,9%, según cifras del Ministerio del Interior, más alta que en las legislativas de 2022 a esa hora. Hace dos años, el 18,43% de la gente había votado al mediodía.
Macron votó en un centro electoral de París con su esposa, Briggitte Macron. Marine Le Pen, líder de la reforzada Agrupación Nacional, había votado antes en el bastión de su partido en el norte de Francia.
Los votantes que acudieron en persona a un colegio electoral de París este domingo mencionaron preocupaciones como la inmigración, la inflación y el creciente coste de la vida, en un país cada vez más dividido entre bloques de izquierda y derecha y con un presidente debilitado y muy impopular en el centro político.
El resultado de la primera ronda ofrecerá una imagen general sobre la opinión de los votantes, pero no necesariamente sobre la composición general de la Asamblea Nacional. Resulta extremadamente difícil hacer predicciones debido al complicado sistema de voto y porque los partidos trabajarán entre rondas para formar alianzas en algunas circunscripciones o salir de otras.
En el pasado, esas estrategias ayudaron a mantener a candidatos de ultraderecha fuera del poder. Pero ahora el apoyo al partido de Le Pen se ha extendido mucho.
Jordan Bardella, que no tiene experiencia de gobierno, dice que utilizaría los poderes del primer ministro para impedir que Macron deje de proporcionar armas de largo alcance a Ucrania para la guerra con Rusia. Su partido tiene lazos históricos con Rusia.
El partido también ha cuestionado el derecho a la ciudadanía de las personas nacidas en Francia, y quiere limitar los derechos de ciudadanos franceses con doble ciudadanía. Los críticos dicen que esto socava derechos humanos fundamentales y es una amenaza para los ideales democráticos de Francia.
Entre tanto, las promesas de un enorme gasto público de la Agrupación Nacional, y especialmente de la coalición de izquierdas, han remecido los mercados y avivado la preocupación por la considerable deuda de Francia, que ya ha provocado críticas de organismos reguladores de la Unión Europea.