Caracas | Agencias
El excandidato presidencial de la oposición venezolana Edmundo González Urrutia huyó la madrugada de este domingo al exilio tras obtener asilo en España, asestando un duro golpe a millones de personas que depositaron sus esperanzas en su incipiente campaña para poner fin a dos décadas de gobierno de partido único.
La repentina salida del país del que la oposición venezolana y varios gobiernos extranjeros consideraban vencedor de la contienda presidencial de julio fue anunciada a última hora de la noche del sábado por la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez.
Dijo que el gobierno del presidente Nicolás Maduro decidió conceder a González Urrutia un salvoconducto para salir del país, apenas unos días después de ordenar su detención, para ayudar a restablecer «la paz y la tranquilidad política del país».
Ni González ni la líder de la oposición, María Corina Machado, han hecho comentarios al respecto.
Mientras tanto, el gobierno español de centroizquierda dijo que la decisión de abandonar Venezuela fue sólo de González Urrutia, que partió en un avión enviado por la fuerza aérea del país.
El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, declaró a RTVE que su gobierno concederá el asilo político solicitado por González Urrutia. Albares se dirigía a China junto con el primer ministro español, Pedro Sánchez, en visita de Estado.
«He podido hablar con (González) y una vez que estuvo a bordo del avión expresó su gratitud hacia el Gobierno español y hacia España», dijo Albares.
Albares indicó que González Urrutia había pasado un número indeterminado de días en la embajada española en Caracas antes de su partida.
González Urrutia, de 75 años, enfrentaba una investigación penal, impulsada por la fiscalía, en la que es señalado de varios delitos, incluidos los de «instigación a la desobediencia» y «conspiración», relacionados con las protestas que sucedieron al día de votación y con la publicación de las actas de resultados que, según la oposición, muestran que Maduro perdió las elecciones.
Hace algunos días, un juez que lleva casos de terrorismo ordenó su aprehensión por petición de la fiscalía. El excandidato presidencial había sido convocado a declarar tres veces, sin que acudiera en ninguna de ellas, en una investigación por la publicación de las actas electorales en una plataforma digital. El último llamado fue el 30 de agosto.
González Urrutia, quien se presentó a las elecciones como candidato de una coalición de partidos después de que la líder opositora María Corina Machado fuese inhabilitada por las autoridades, cuestionó la investigación penal y acusó al fiscal general, Tarek William Saab, de ser un «acusador político» que «condena por anticipado».
Las elecciones venezolanas, en las que el mandatario aspiraba a un tercer mandato, han sido fuertemente cuestionadas por la comunidad internacional por falta de transparencia y por la imposibilidad de verificar los resultados. Varios países, entre ellos Estados Unidos, han reconocido a González Urrutia como legítimo ganador.
Saab, cercano colaborador de Maduro y exlegislador oficialista, acusa a González Urrutia de usurpar competencias del organismo electoral y publicar «presuntos documentos forjados o falsificados», además de delitos de «instigación a la desobediencia de las leyes, delitos informáticos, asociación para delinquir y conspiración», y con ello, causar «zozobra».
La salida de González Urrutia opacó el pulso entre Venezuela y Brasil sobre el permiso otorgado al gobierno brasileño para representar a la embajada de Argentina en Caracas, donde permanecen refugiados seis colaboradores de la oposición desde marzo.
Caracas revocó “de manera inmediata” la autorización otorgada a Brasil para representar a Argentina en el país, tras la ruptura de relaciones con Buenos Aires y varios países de la región que cuestionaron la reelección de Maduro.