Carlos Romero, en la mira

Señor X

El exministro de gobierno de la gestión de Evo Morales, Carlos Romero Bonifaz, ha sido centro de atención mediática en las últimas semanas por varios hechos relevantes. El primero, por la orden de aprehensión que un juzgado en Santa Cruz realizó hacia la exautoridad. El segundo, el supuesto abucheo que habría recibido en el Aeropuerto Jorge Wilstermann este domingo, 5 de mayo. Estos hechos deben ser entendidos en el contexto de la disputa entre el Movimiento al Socialismo (MAS-IPSP) y el gobierno de Luis Arce y su dirigencia afín. Desde inicios del 2023, Romero denunció ante la justicia boliviana un entramado de corrupción que vinculaba a la familia de Luis Arce, altos directivos de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) y empresas extranjeras en el desvío de dinero público en la compra de combustibles que realiza la empresa estatal. Incluso desde el 2022, Romero alertaba a la opinión pública y militancia del MAS-IPSP sobre las intenciones de Arce para perjudicar a Evo Morales mediante la vinculación de casos de narcotráfico y reuniones de coordinación entre la Embajada de Estados Unidos en La Paz y el ministro de gobierno, Eduardo del Castillo, con el objetivo de utilizar las detenciones a exautoridades policiales del gobierno de Morales, como instrumento para que el expresidente sea investigado por agencias antinarcóticos estadounidenses. Las permanentes denuncias de vinculación al narcotráfico desde funcionarios de la actual gestión y las repercusiones sobre los alcances de la operación Marset en Bolivia han posicionado a Romero frente a la opinión pública.

Desde el 2022, la disputa entre Morales y Arce recién iniciaba debido a la falta de claridad sobre los objetivos políticos del actual presidente. Se debe reconocer que Carlos Romero fue uno de los primeros en alertar sobre las intenciones del actual gobierno cuyos alcances hoy observamos de forma evidente: intentos de inhabilitación a Evo Morales, intentos de proscripción del MAS-IPSP y robo de sigla, persecución judicial a militantes leales del proceso de cambio y protección evidente a la corrupción y narcotráfico. Esto en un contexto económico adverso, con permanentes recalificaciones del sistema financiero internacional hacia la baja, dependencia excesiva del crédito externo para la inversión pública, elevado endeudamiento, escasez de dólares, etc. Desde el primer momento, Romero Bonifaz ha planteado los grandes fracasos del gobierno como características de un proceso de descomposición gubernamental acelerado que inicia con el desconocimiento a los principios ideológicos del Instrumento Político, la negación de la dirigencia histórica del Movimiento al Socialismo, la mala gestión pública, pero sobre todo, un desalineamiento histórico de las castas burocráticas que convivieron con el MAS-IPSP y hasta apoyaron los avances históricos, pero hoy, empoderados con Arce, desean desmarcarse de la base indígena, originaria y campesina del Estado Plurinacional mediante la instrumentalización de organizaciones sociales movilizadas para la captación corporativa del poder, el uso de los circuitos ilícitos de la economía como fuente de acumulación originaria y la burocratización desde el estado formal.

Se debe reconocer el trabajo de operador político y vocero a Carlos Romero Bonifaz. Esas razones explican el porqué de ataques desmesurados hacia su persona. Primero intentando judicializar su situación jurídica y después el ataque físico y verbal. En relación del ataque en el Aeropuerto Jorge Wilstermann, notamos que los ciudadanos que atacan al exministro llevan barbijos para ocultar su identidad. Eso nos lleva a intuir que se trataría de funcionarios públicos, probablemente del Ministerio de Obras Públicas o la Alcaldía de Cochabamba, cuya autoridad, Manfred Reyes Villa se encontraba en el lugar al momento de los hechos. No es casualidad que Reyes Villa sea considerado por diversos analistas como el vocero en la derecha del gobierno de Arce Catacora por su permanente defensa de autoridades del actual gobierno y sus ataques hacia Morales. Haber sido beneficiado con la anulación de todas sus sentencias en la Sala Cuarta del Tribunal Constitucional Plurinacional quizá ayudó a que Reyes Villa adopte esa posición. Desde esa misma Sala, se ha intentado inhabilitar a Evo Morales. Está claro que el reciente episodio de ataque hacia Romero Bonifaz marca el inicio del matonaje desde instancias estatales para amedrentar a quienes son opositores de Arce. No será el último, sin dudas. Hasta agosto se define la situación jurídica del MAS-IPSP en el Tribunal Supremo Electoral y desde el gobierno se preparan para la “batalla final” para dirimir lo que en sus términos se llama la disputa. Quizá en los próximos días recibamos noticias sobre nuevos ataques a colaboradores de Morales con el objetivo final de aislar a Morales.

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