Buenos Aires | Agencias
El presidente de Argentina, Javier Milei, enfrenta este jueves la segunda huelga general contra el «ajuste brutal» de su gobierno, que paraliza servicios de transporte por tierra, mar y aire; así como instituciones educativas, financieras y comercios en todo el país.
En medio del decisivo trámite de la Ley Bases y el paquete fiscal en el Senado, y en un contexto económico-social crítico por el fuerte deterioro de los ingresos de trabajadores, jubilados y los sectores más vulnerables pese a la desaceleración de la inflación de las últimas semanas, la CGT se concentran desde tempranas horas de este jueves en un nuevo paro general contra Milei.
La segunda huelga resuelta por la central obrera a 5 meses de iniciada la gestión libertaria sumará un elemento diferenciador clave respecto al primer paro de 12 horas del 24 de enero: la estratégica adhesión de los gremios del transporte público, que será determinante para la expectativa sindical de garantizar el éxito de la medida de fuerza.
La huelga será también un reflejo de las idas y vueltas en la compleja relación que Milei estructuró con el sindicalismo desde su llegada al poder, según informó el diario Clarín..
La protesta en el transporte de pasajeros será total: tampoco funcionarán los trenes, los subterráneos porteños, el servicio de taxis y se paralizará la actividad aerocomercial.
Con ese cuadro, desde la CGT se entusiasman con una huelga contundente y total («un parazo», según la definición de su conducción), aunque descreen que el éxito de la medida pueda forzar cambios sustanciales de la gestión de Milei en el corto plazo.
La adhesión del transporte constituirá un elemento crucial para paralizar o afectar el normal funcionamiento de otras actividades. Durante toda la jornada no funcionará la atención en los bancos públicos y privados, no se dictarán clases en escuelas y universidades, en tanto que en los hospitales públicos solo se atenderán urgencias, reseñó Clarín.
También se verá alterado el normal funcionamiento de supermercados, comercios de cercanía, bares y restaurantes, farmacias y en las estaciones de servicio. No habrá transporte de mercaderías, combustibles y recolección de residuos, en tanto que se paralizarán los servicios de correo postal. Además, la actividad industrial en sus diferentes ramas se verá restringida por la medida de fuerza, mientras el párate en los puertos será total, lo que afectará el comercio agroexportador y las importaciones.
Por la adhesión de los dos principales gremios de estatales, UPCN y ATE, no habrá atención en los organismos públicos y quedará afectada la actividad de la administración pública nacional, un efecto que se extenderá también a provincias y municipios.



