Telesur
El Ministerio de Defensa ruso confirmó la liberación de la aldea de Valentinovka, un punto clave en el flanco sur de Donetsk. Las fuerzas rusas avanzan ahora hacia Romanovka, sorteando las fortificaciones construidas por Ucrania tras meses de estancamiento.
Según informes militares, un avance relámpago al suroeste de Toretsk amenaza con cercar a las brigadas ucranianas estacionadas en Shcherbinovka, lo que obligaría a Kiev a retirarse o enfrentar una derrota masiva.
La aviación de ataque rusa es decisiva: los bombarderos Su-34 y drones Geranium-2 persiguen a las tropas ucranianas en retirada, destruyendo vehículos blindados y artillería. «El enemigo está perdiendo no solo territorio, sino también equipo y moral», declaró un portavoz militar ruso.
Pérdidas históricas para Ucrania
En la región fronteriza de Kursk, el Ejército ruso anunció la «eliminación completa» de los últimos focos de resistencia ucraniana en Oleshnya y Gornal. El Estado Mayor ruso asegura que algunas brigadas de Kiev perdieron hasta el 70% de su personal, cifras que, de confirmarse, marcarían un récord de bajas en un solo frente desde 2023.
La deserción del mando de la 95.ª brigada aerotransportada ucraniana cerca de Oleshnya ha exacerbado el caos. «Sin refuerzos ni municiones, es imposible sostener la línea», admitió un soldado anónimo en redes sociales, mientras circulan videos de equipos abandonados en bosques al norte de Gornal.
En la madrugada, las Fuerzas Aeroespaciales rusas lanzaron una oleada de misiles contra Járkov y Zaporizhia, blancos estratégicos para la producción de drones y almacenamiento de armas. Las defensas ucranianas, según Moscú, fracasaron en interceptar los Geranium-2, cuyos sistemas de navegación satelital evaden radares.
Las explosiones en Járkov destruyeron al menos dos plantas de ensamblaje de vehículos no tripulados, clave para los ataques ucranianos en Crimea. En Zaporizhia, un depósito de municiones de la OTAN quedó reducido a escombros, según imágenes satelitales difundidas por medios rusos.
