Damasco, BBC News Mundo
Tras un fulminante avance, en la madrugada de este domingo los rebeldes de Siria aseguraron haber llegado hasta Damasco, declarando la capital «libre» del gobierno del presidente Bashar al Assad.
El grupo fundamentalista Hayat Tahrir al Shams (HTS, Organización para la Liberación del Levante), que ha encabezado el avance de los grupos insurgentes en la última semana, también informó en la red social Telegram que Al Assad había abandonado el país.
Previamente, la agencia Reuters aseguró, citando a dos fuentes gubernamentales, que el mandatario había salido de Siria en un avión privado desde el aeropuerto internacional de la capital, donde se estarían viviendo escenas de caos mientras decenas de personas intentan abandonar el país.
En apenas una semana, las distintas fuerzas rebeldes sirias han logrado hacerse con el control de Alepo y Hama, en el norte del país, y Deraa, en el sur, mientras este sábado conquistaron el enclave estratégico de Homs, que une Damasco con el norte y la costa mediterránea.
Ahora, la capital siria parece estar bajo su control.
En la madrugada del domingo, hora local, empezaron a circular en las redes sociales videos que muestran a combatientes rebeldes por las calles de Damasco y a decenas de personas celebrando.
El líder de HTS dijo en Telegram que había dado la orden a sus fuerzas de que no trataran de entrar en las instituciones públicas de la capital, que «permanecerán bajo la supervisión del ex primer ministro, Mohammed Ghazi al Jalali, hasta que sean entregadas oficialmente».
Al Jalali, por su parte, aseguró que permanece en Damasco y que está «dispuesto a ayudar a hacer lo mejor para el pueblo».
En un discurso difundido en las redes sociales, Al Jalali afirmó también que Siria «puede ser un país normal que establezca buenas relaciones con sus vecinos y con el mundo».
Al mismo tiempo, los rebeldes aseguraron haber liberado a los presos de la infame prisión de Sednaya, que Amnistía Internacional describió en 2017 como un «matadero humano» en un informe en el que aseguraba que entre 5.000 y 13.000 personas fueron torturadas y ejecutadas en secreto durante los primeros cinco años de guerra civil.
En las redes sociales también pudieron verse este sábado imágenes que han sido verificadas por la BBC de una multitud derribando una estatua de Hafed el Assad, padre del actual presidente, en el barrio periférico de Jarama, a unos 5 kilómetros del centro de la capital siria. En otro video, también verificado, un grupo de personas destroza una bandera siria en Moadamyeh, justo al sur de Damasco.
Antes de la llegada de los rebeldes, las calles de la capital estaban vacías, la mayor parte de los comercios había cerrado y ciertos productos básicos empezaban a escasear debido a que los ciudadanos estaban haciendo acopio en previsión de que los combates estallaran en Damasco.
Muchos sirios de la comunidad chiita alauí, de la que procede la familia del presidente Al Assad, habían huido a las zonas costeras, según la corresponsal en Medio Oriente de la BBC, Lina Sinjab.
Por otro lado, mientras las guerrillas de HTS avanzaban desde el norte del país, después de tomar Alepo, Hama, Homs y ahora Damasco, las tropas kurdas han tomado el control de casi todo el este y han llegado a Deir Ezzor.
En el sur, facciones rebeldes locales han logrado controlar la región de Deraa en apenas 24 horas.
«Esta no es nuestra lucha»
El enviado especial de la ONU para Siria, Geir Pederson, le dijo a la BBC este sábado antes de la llegada de los rebeldes a Damasco que creía que todavía era posible una salida negociada a la creciente crisis en el país, pero también advirtió que la situación se podía salir de control.
Pederson habló después de salir de una reunión con los ministros de Asuntos Exteriores árabes que volaron a Doha, la capital de Qatar, para reunirse con sus homólogos de Irán, Turquía y Rusia, las tres principales potencias extranjeras involucradas en Siria.
El representante de la ONU describió el ambiente de estas conversaciones de emergencia como marcado por «mucho nerviosismo» a medida que las fuerzas rebeldes se acercaban a Damasco.
Por otro lado, el presidente electo de EE.UU., Donald Trump, dijo que su país debe evitar involucrarse en lo que está sucediendo en Siria. «Esta no es nuestra lucha», escribió en un mensaje en X.
Mientras, varias naciones occidentales pidieron a sus ciudadanos que abandonen el país o que tomen todas las precauciones posibles ante lo que pueda suceder.
Levantamiento popular
Bashar al Assad lleva en el poder desde el año 2000. Antes de él, su padre, Hafez, gobernó el país durante 29 años y, muy al estilo de su hijo, con mano de hierro.
La guerra civil en siria arrancó en 2011 a raíz de las protestas pacíficas prodemocracia que se realizaron para intentar derrocar a Al Assad.
Se calcula que medio millón de personas han muerto desde entonces.
Los sirios que entonces se levantaron contra el gobierno totalitario en el marco de la Primavera Árabe y que han sido reprimidos duramente desde entonces, están viendo ahora en el fulgurante avance de los rebeldes una oportunidad para volver a salir a las calles.
Mientras que las imágenes que llegaban de Siria en la primera semana de avance insurgente estaban protagonizadas por hombres armados vestidos con ropas militares avanzando por las ciudades y pueblos que acababan de tomar, lo que vemos ahora es muy distinto.