Washington | Agencias
El gobernador de Minnesota, Tim Walz, fue el elegido por Kamala Harris para secundarla en la fórmula presidencial demócrata en noviembre. Nacido en 1964, al igual que la actual vicepresidenta, pero unos meses antes, fue elegido para compensar un binomio en el que Harris aparece como la primera mujer negra en disputar la presidencia, y con cuotas de progresismo que se complementan con el de ella para tratar de frenar el regreso de Donald Trump a la presidencia.
Walz formó parte del menú de candidatos a vicepresidente que manejó la prensa y en los días previos no ahorró críticas a Trump. «Es simplemente un tipo extraño, muy raro», sostuvo sobre el magnate y expresidente.
Del lado republicano, acusan al postulante a la vicepresidencia de intentar volcar la agenda liberal de California en un estado rural. «Walz está obsesionado con difundir la agenda peligrosamente liberal de California por todas partes», fueron las palabras de la portavoz de campaña de Trump, Karoline Leavitt.
Walz es visto como un ciudadano del mundo rural estadounidense, con antecedentes como maestro, entrenador de fútbol americano y miembro de la Guardia Nacional, lo que configuraba un perfil ideal para atraer al hombre de campo y conservador.
A pesar de provenir de un estado tradicionalmente republicano, como congresista logró impulsar leyes progresistas en materia de políticas sociales.
Nació en la zona rural de Nebraska, desde la adolescencia cultivaba y cazaba en los veranos. Con sólo 17 años se alistó en la Guardia Nacional del Ejército, donde se desempeñó hasta los 24.
El padre del actual gobernador falleció cuando él tenía 19 por un cáncer de pulmón. Beneficios como el Seguro Social y otras ayudas sociales que recibió su madre le permitieron al actual gobernador recibir educación universitaria.
Walz fue maestro de escuela donde conoció a su esposa, Gwen Wipple, con la que luego se mudó a Minnesota para seguir su trabajo en una escuela de secundaria como profesor de geografía y entrenador de fútbol, logrando que su equipo ganara el campeonato estatal de 1999.
Durante sus años como educador, Walz enseñó en China y con su esposa organizó viajes de estudios para adolescentes al país asiático, una experiencia de intercambio cultural que podría servirle si acaba llegando a la Casa Blanca.
En 2006, decidió presentarse a una banca en el Congreso y consiguió renovar la confianza de sus votantes durante 12 años, en los que fue miembros de los comités de Agricultura y Asuntos de Veteranos de la Cámara de Representantes.
En 2018 fue elegido gobernador de Minnesota, un estado que ha votado demócrata en las últimas elecciones generales, pero cuya población rural es mayoritariamente republicana y conservadora. En 2022, fue reelegido para otro mandato de cuatro años.
Antes de que se oficializara su nombre ya había sumado el apoyo del senador Bernie Sanders, la cara más a la izquierda de los demócratas.
Apodado por algunos como el «Padre de América», ha tenido también otros momentos estelares como cuando presentó nuevas regulaciones para no mandar mensajes mientras se prepara para conducir con su hija Hope, que se convirtió en una sensación en redes sociales.
Se hace ver en camiseta con una normalidad que contrasta con la de Trump o su compañero de fórmula, J.D. Vance, siempre de traje. Ha esquivado las críticas republicanas de ser demasiado izquierdista bromeando: «Uy, sí, qué monstruo. En mi estado los niños se van a dormir con la barriga llena».
«No me voy a avergonzar de mis valores progresistas. El socialismo de uno es el carácter de ser un buen vecino de otro», aseguró en una de las entrevistas cuando discretamente comenzó a, sorprendentemente, convertirse en uno de los favoritos en esta puja por la candidatura a vicepresidente.
Antes que él, dos senadores de Minnesota llegaron a vicepresidente. Hubert Humphrey acompañó a Lyndon Johnson en 1964 y fue candidato a presidente en 1968. Perdió con Richard Nixon. Walter Mondale fue el vice de Jimmy Carter en 1976 y lo acompañó para la reelección en 1980, cuando cayeron ante Ronald Reagan. En 1984 fue el candidato demócrata cuando Reagan fue reelecto.