Redacción Central
Paris, 23 de julio (El Nuevo Cambio).- Desde que la semana pasada se activó el perímetro de protección antiterrorista en París de cara a los Juegos Olímpicos que inician el próximo viernes y la zona donde se va a celebrar la ceremonia de apertura (en el Sena, por primera vez fuera de un estadio) está blindada, vallada e inaccesible.
Jimena Daza Pereira, ciudadana boliviana residente en Francia, indicó al Nuevo Cambio que desde hace una semana, disfrutar de un paseo por los márgenes del río Sena o cruzar de un lado a otro por alguno de los puentes, a pie o en automóvil, demanda una gran proeza.
Señaló que sólo las personas que han solicitado un permiso a la Policía parisina pueden pasar con un código QR.
París es estos días una ciudad blindada, vigilada por tierra y aire, con militares y policías en cada esquina. Se han instalado unas 44.000 rejas en la zona del Sena, normalmente llena de turistas, pero hoy tan poco transitada que recuerda al confinamiento durante la pandemia: no hay apenas tráfico ni ruido. Un silencio inusual. Han empezado las restricciones en la red de metro, de manera que hay que estar recalculando trayectos.
Daza Pereira manifestó a este medio de comunicación que el precio de los pasajes en el transporte público ha subido el doble; por ejemplo, el ticket para cualquier ruta en el metro antes costaba dos euros, ahora cuesta cuatro.
Indicó que muchos parisinos aprovechando las vacaciones de verano se han ido de la ciudad. Los que viven en las zonas acotadas y los comerciantes han tenido que pedir la autorización, a través del citado QR, para moverse.
Los hoteles pensaban obtener grandes ganancias, pero en los últimos meses habían elevado tanto los precios que han acabado disuadiendo al turista y a última hora han visto que no tienen el lleno de sus infraestructuras como pensaban.
A tres días del comienzo de los Juegos Olímpicos en París, hay un fervor contenido por el evento y, sobre todo, mucha inquietud por la seguridad. Los preparativos y las molestias generadas por el protocolo antiterrorista añaden irritación a una población que ha ido perdiendo entusiasmo.
Según un sondeo realizado por Odoxa la semana pasada, el 60% de los franceses se alegra de que París acoja los Juegos. En septiembre del año pasado era casi un 80% de apoyo, pero ahora esa alegría ha caído a medida que se acerca la fecha.