Ciudad del Vaticano | Agencias
El papa Francisco pidió este miércoles una nueva arquitectura financiera internacional que acabe con la deuda externa que han contraído con organismos extranjeros los 73 países más pobres del mundo, 38 de ellos africanos, porque “hipoteca su futuro”.
Como hizo san Juan Pablo II en el Jubileo del 2000, Francisco pidió que el contexto del Jubileo del 2025 sirva para condonar la deuda externa de los países del sur del mundo o al menos para reducirla.
“Hoy es más urgente que nunca, teniendo presente que la deuda ecológica y la deuda externa son dos caras de una misma moneda que hipoteca el futuro”, manifestó durante la audiencia en el Palacio Apostólico del Vaticano a cerca de sesenta expertos, entre ellos representantes políticos, varios ministros de Economía y delegados de la ONU, que han participado en un encuentro organizado por el Vaticano con el título “Afrontar la crisis de la deuda en el Sur Global”.
Para el Pontífice, es “indispensable” que la comunidad internacional y la sociedad en su conjunto obre “de buena fe y con verdad, siguiendo un código de conducta internacional con normas de valor ético”.
Señaló que en el contexto de una “globalización mal administrada”, de una pandemia y de las guerras, la humanidad se encuentra frente a una crisis de deudas que afectan principalmente a los países del sur del mundo, generando miseria y angustia, y despojando a millones de personas de la posibilidad de un futuro digno.
“Ningún gobierno puede exigir moralmente a su pueblo que sufra privaciones incompatibles con la dignidad humana”, remarcó.
Por ello, instó a que el Año Santo de 2025 permita “desatar los nudos de esos lazos que estrangulan el presente”.
En este sentido, aseguró que para tratar de romper el círculo financiación-deuda es necesaria la creación de un mecanismo multinacional, basado en la solidaridad y la armonía de los pueblos. Este organismo, según el Papa, debe tener en cuenta el sentido global del problema y sus implicaciones económicas, financieras y sociales.
Francisco indicó ante los participantes del encuentro organizado por la Pontificia Academia para las Ciencias del Vaticano, entre los que se encontraba la presidenta del Banco Europeo de Inversiones, Nadia Calviño, que nadie puede estar “con tranquilidad de conciencia” en el mundo sabiendo que a su alrededor hay multitud de personas con hambre y sumergidos en la vulnerabilidad y la exclusión social.